Lester Crab es un personaje de ficción que alegóricamente representa a la banda.
CAPÍTULO I
Lester es un Cangrejo Azul endémico de las playas Veracruzanas, tiene el sueño de dedicarse a la música y viajar por todo el mundo, pero los demás cangrejos piensan que está equivocado, que debe hacer una vida normal de cangrejo; es decir, vivir en la playa y el mangle; no obstante, Lester sabe que no es un cangrejo ordinario, siempre lo ha sabido, y también sabe que para alcanzar las estrellas hay que ir hacia ellas, pues contemplarlas a la distancia es bello, pero más bello es ser una.
Así, en una noche de luna llena salió de su cueva decidido a alcanzar sus sueños. Mientras recorría una parte de la playa, se cruzó con una caravana de cangrejos que iban de un lado a otro sin orden fijo; Lester se mezcló con ellos y logró avanzar entre empujones y estirones. En su recorrido, se encontraron con unos humanos que los persiguieron hasta atraparlos. Pocos pudieron escapar. Los cangrejos atrapados, entre ellos Lester, fueron introducidos en un costal y trasladados a un mercado. Lester intentaba salir y alzarse con ayuda de sus tenazas, pero el intento era vano, no podía moverse.
Pocas horas después llegaron al mercado y ahí vertieron a todos los cangrejos a una tina enorme de donde no podían salir y podían ser observados desde arriba por ojos humanos. Uno de ellos se detuvo frente a la tina, compró a varios y los llevó a su casa. Lester, por su parte, inocentemente tenía la esperanza de ser devuelto a la playa, su hogar al cual ahora añoraba. Él y otros cangrejos fueron metidos y transportados en una cubeta. Lester intentaba asomarse en la parte más alta, pero otros cangrejos lo jalaban y no le permitían ver qué ocurría en el exterior. Todo parecía muy extraño y presentía que algo no estaba bien afuera, así que tomó la decisión de hablar con los demás y proponerles que lo ayudaran a subir para averiguar qué pasaba; los cangrejos se negaron rotundamente porque temían que él se escapara sólo y los dejara ahí adentro a todos. Para aplacar la verborrea de los demás, Lester dijo:
– No seré el primero en subir, puede subir cualquiera, pero debemos actuar.
Los otros cangrejos vieron con buenos ojos la idea de Lester, el problema era que todos querían ser ese primer cangrejo en subir y salir, y así fue como empezó una riña de cangrejos al fondo de la cubeta donde estaban. Lester, impaciente, quiso organizarlos, pero ya no le hacían caso, y continuaron en su pugna por salir, pero todo esfuerzo era nulo, ya que ellos mismos se jalaban unos a otros, entonces Lester comenzó a empujarlos para ayudarlos, otro más vio la acción de Lester y lo ayudó, así comenzaron a salir de uno en uno hasta quedar todos fuera de la cubeta menos Lester y Crabster, su nuevo amigo.
Los humanos notaron que los cangrejos estaban por todas partes de la casa, así que se dieron a la tarea de atraparlos; los cangrejos se defendían con sus tenazas, pero todos fueron capturados y metidos no ya en la cubeta de donde habían escapado, sino en una olla con agua hirviendo. Sólo faltaban Lester y Crabster.
Un humano metió la mano para intentar sujetar a Crabster, pero, muy asustado, logró morder la mano de aquél que, con una reacción involuntaria, volteó la cubeta; otro humano logró sujetar a Crabster por detrás, entonces Lester se detuvo para intentar ayudarlo, pero Crabster le gritó:
–NO MIRES HACIA ATRÁS, TÚ SIEMPRE ENCONTRARÁS UNA SALIDA.
Lester le hizo caso y recorrió la casa hasta encontrar la puerta principal sin ser visto, así salió y corrió entre automóviles y casas, hasta lograr meterse a una alcantarilla.
Tristemente, Crabster no tuvo la misma suerte que Lester, a él lo metieron en la olla. Cerró sus ojos al sentir el hervor, en tanto que su concha azul se ponía roja, y, desvanecido, flotó inerte rodeado de más cangrejos rojos.
Esta historia continuará...